lunes, 29 de diciembre de 2014

Quinoa con verduritas

¡Hola! ¿Cómo habéis pasado las fiestas? Yo este año he introducido algunos platos en mis menús para navidad, y la verdad es que han sido todo un descubrimiento porque me levantaba de la mesa satisfecha pero no llena, ni pesada ni mucho menos con sueño de tanto comer. La verdad es que me ha sorprendido mucho el sentirme de esa forma al comer (incluso más cantidad en el plato) que los demás comensales y yo sentirme perfectamente y los demás no les cabían ni los postres.
Tengo que decir también que este mes de diciembre fui a unos cursos en el Instituto Macrobiótico de España con el chef Tiago del restaurante Kimpira, uno de los mejores restaurantes a nivel mundial de comida orgánica, está entre los diez mejores. Además es un restaurante muy acogedor donde la decoración y el personal es muy agradable, os dejo unas fotos de cuando fui a visitarlo y comí allí el menú del día que tenían, tomé un aperitivo de palomitas de maíz y un licuado de manzana y zanahoria (muy rico y sabroso y remineralizante), una crema de calabación, y de plato principal tomé un timbal de quinoa con azukis y verduras asadas dulces y verduras verdes crujientes (muy rico todo) y de postre tomé un crep integral con crema de cacao.


Como veis la decoración es muy personal.



Uno de los rincones del restaurante














Plato principal

Las palomitas y el licuado
Crema de calabacín 

Crep de "nutella" orgánica

En los cursos aprendí a hacer varios postres para navidad y una tartaleta de manzana, que más adelante os pondré la receta y fotos porque aún no la he podido realizar :), y en el último curso aprendí a hacer una recetas deliciosas y muy nutritivas, son recetas que no se pueden hacer a diario, pero para un día especial o para fiestas son muy apropiadas. En cuanto vaya realizándolas os las iré enseñando, sino sin fotos y sin nada no puedo enseñaros los
resultados ;).

Pero os voy a dejar una receta para calentar el cuerpo y nutrirlo para combatir el frío del invierno. Se trata de un plato de quinoa salteada con verduritas, que la he acompañado con un revuelto de setas y algas arame con ajito y un poco de potaje de garbanzos, un plato 10 en macrobiótica. La receta del revuelto de setas con algas arame la he sacado de libro Alquimia en la cocina de Montse Bradford, el cual me regaló mi hermana por navidad.

Para cocinar la quinoa:
La quinoa se cocina como el arroz, una medida de quinoa por dos de agua o caldo para darle más sabor al plato.
Tenemos que lavar bien el cereal bajo el agua fría, con la ayuda de un colador, de esta forma eliminamos el polvillo que pueda tener llamado saponina, que se utiliza para realizar jabones y pastas dentífricas, sino lo lavamos no pasa nada ya que muchos estudios han demostrado el poder de quitar mucosidades en el cuerpo. Yo, personalmente, suelo lavar todos los cereales que cocino ya que puedes contener trazas o polvo de su almacenaje.
Colocamos la quinoa lavada y escurrida en una olla y añadimos los dos vasos de agua y pizca de sal. Cuando empiece a hervir bajamos el fuego al mínimo y tapamos la olla. La dejamos cocinar durante 20' aproximadamente, hasta que no presente agua en el fondo. Su cocción es muy parecida al mijo que os explique en la entrada anterior, es decir, presenta los agujeritos que nos indican que el cereal esta perfectamente cocinado.
Retiramos del fuego y reservamos. (Las fotos de esta receta las he tenido que coger prestadas de internet ya que no las realicé, ¡lo siento!)
















Para las verduras:
2 cebolletas
1 zanahoria grandecita
1/2 brócoli en flores

En un wok añadimos aceite y pochamos a cebolleta cortada a cuadraditos con un poco de sal marina, luego incorporamos la zanahoria cortada a cuadraditos también, y pasado unos minutos el brócoli para que no se nos deshaga demasiado. Cuando esta todo bien pochadito, añadimos la quinoa al wok y salteamos y rectificamos de sal o incorporamos un poco de pimienta negra para darle un sabor picantito.
Podemos servirlo espolvoreando un poco de gomasio y perejil picado.

Para el salteado de setas:
2 ajos picaditos
Un puñado de setas
1/2 taza de algas arame
2 cucharadas soperas de shoyu
2 cucharadas de té de mostaza fina

Antes de hacer nada tenemos que poner en remojo 10' con agua fría el alga arame, para que se hidrate.
Colocamos el wok en el fuego y añadimos el aceite, cuando esté calentito añadimos los ajos picados, los sofreímos rápidamente e incorporamos las setas y añadimos las dos cucharadas de shoyu. Salteamos las setas con el ajo y la salsa de soja unos 5' sin tapa. Pasado este tiempo añadimos las algas arame escurridas y las dos cucharaditas de mostaza fina y removemos, ponemos la tapa y dejamos cocinarse unos 5' a fuego lento, hasta que el agua de las setas se evapore, probamos y rectificamos de sal si fuera necesario, pero la mostaza ya le da un sabor fuerte al plato.
Servimos espolvoreando perejil picado por encima.
Setas producidas por mi padre
Ajo picado


Algas arame ya hidratadas y escurridas

Salteado de setas con shoyu

Setas con arame y mostaza

Plato servido para el centro de la mesa.

Y este ha sido mi plato macrobiótico de hoy, el salteado de quinoa con verduras, un poco de setas con algas arame, unas verduras cocidas para que estén crujientes y una parte de proteínas que me lo aportan los garbanzos.

Os aseguro que un plato así te deja satisfecho y hemos aportado a nuestro organismo el calcio que necesita gracias a las algas arame y el brócoli cocido.

Espero que practiquéis las recetas y me deis vuestra opinión cuando las cocinéis, así como si tenéis alguna variante me la enseñéis. 

¡Muy felices fiestas y ser felices hoy y siempre!


domingo, 14 de diciembre de 2014

Potaje de garbanzos con albóndigas de mijo

Siento no haber escrito antes, pero he estado muy ocupada en el trabajo, lo siento!
Vamos a seguir incluyendo recetas en nuestro recetario macrobiótico. Hoy os presento un potaje de garbanzos que nada tiene que envidiar al que lleva carne y embutidos, os lo puedo asegurar, ¡a mi pareja le chifla! Además le podemos dar nuestro toque con las especias, este que os presento hoy lo hice para que pareciera una receta marroquí, ya que el olor que hacía la casa cuando lo hice era como si estuviéramos en la medina de tánger, una ciudad muy conocida por todas las especias que vende su mercado, aconsejo visitar para vivirlo ;)

Empezamos con los ingredientes, pero ya os digo que podéis variar la receta a vuestro gusto y forma de cocinar.

POTAJE DE GARBANZOS
  • 1 cebolla
  • 1/2 calabaza o 1 pequeña
  • 2 vasos de garbanzo cocidos (que ya tengáis cocidos o cocidos de bote pero ecológicos)
  • 1 trozo de alga Kombu
  • 1 cucharada de mugi miso
  • 1 hoja de laurel
  • especias al gusto
ALBÓNDIGAS DE MIJO:
  • 1 cebolla
  • 1 vaso de mijo
  • 2 y 1/2 vaso de agua
  • 1 hoja de laurel 
  • un poco de harina (la que tengáis)

Podemos ir preparando las dos cosas a la vez pero os lo voy a separa para que tengáis las dos recetas para que podáis emplearlas donde queráis o con otros productos o lo que sea.

Preparación potaje:

  1. Ponemos el alga kombu a hidratarse en un bol con agua.
  2. Cortamos las cebollas muy finamente (yo las hice como puré) y yanguinizamos en una sartén con sal y aceite hasta que estén pochaditas, unos 12-15 minutos aproximadamente.
  3. Cortamos la calabaza a cuadrados y la añadimos a la cebolla y salteamos unos 2-3 minutos.
  4. Añadimos cuando la calabaza esté preparada os garbanzos, el laurel, el alga kombu y yo en este caso utilicé comino y pimienta como especias a destacar.
  5. Añadimos agua para que cubra el volumen de los alimentos y llevamos a ebullición, luego bajamos el fuego al mínimo y dejamos 30 minutos tapado.
  6. Colocamos la cucharada de miso en un bol y añadimos agua del potaje y lo disolvemos y añadimos al potaje una vez apartado del fuego.








Preparación de las albóndigas:

  1. Cortamos la cebolla a cuadraditos y la yanguinizamos en una olla con un poco de aceite y sal, aproximadamente 12-15 minutos.
  2. Cuando este la cebolla pochadita añadimos el laurel y el mijo y los vasos de agua y un poquito de sal. Llevamos a ebullición y bajamos el fuego al mínimo y tapamos durante 20 minutos aproximadamente.
  3. Cuando el mijo esté listo, veréis que le salen como unos agujeritos por toda la olla y abajo no queda nada de agua eso quiere decir que está listo; lo colocamos en un plato y cuando esté tibio damos forma a las albóndigas.
  4. Pasamos las albóndigas por harina y freímos con un poco de aceite en una sartén.









estos son los agujeritos que os he dicho











Resultado final


Por último sólo queda espolvorear un poco de gomasio (próximamente os daré la receta) por encima y disfrutar de una estupenda comida recordando marruecos y sus aromas ;)

¡BON APPETIT!

jueves, 27 de noviembre de 2014

¿Porque no comemos carne ni lácteos?

Ésta pregunta me la hacen muy a menudo cuando digo que soy macrobiótica y siempre la contesto con la mayor brevedad y entendimiento posible, de modo que os lo voy a explicar.
Antiguamente el consumo de proteína animal se daba en celebraciones importantes, era un alimento de lujo que sólo se lo podía permitir la gente pudiente, gente de la nobleza. En cambio, hoy en día, nos han dado a entender que debemos tomar carne diariamente y en todas las comidas, de este modo se ha incrementado la crianza de animales y la venta de carne en supermercados. Pero la calidad cárnica de hoy en día no tiene nada que ver con la de antaño, es decir, ahora a los animales se les alimentan con piensos, en granjas cerradas sin luz, se les inyectan hormonas para que fabriquen más carne y antibióticos varios para "evitar enfermedades", y demás tratos que se les hacen a la hora de empaquetar y vender por los comercios; esta calidad no es buena para nuestro organismo, no nos aporta prácticamente nada, es más nos añaden hormonas y restos de productos químicos dañinos para nuestro cuerpo. Además el consumo tan elevado de carne que hay actualmente en las mesas sólo nos provoca putrefacciones en nuestros intestinos, acumulación de ácido úrico y una acidificación del medio interno, ya que nuestro organismo no está diseñado para digerir toda esa cantidad de carne; podemos verlo en nuestra dentadura, ya que para desgarrar la carne sólo tenemos los 4 caninos (colmillos) y, en cambio, para moler los cereales contamos con 20 dientes (entre molares y premolares), de modo que ahí queda demostrado porqué no estamos diseñados para comer y digerir esta cantidad diaria de carne. También se tiende a pensar que la persona que come carne está mucho más fuerte y con mucho más músculo, pero las personas que no consumen tal cantidad de carne tienen una tensión más baja, unos huesos más fuertes y menos ataques cardíacos, es decir, tienen una mayor calidad interior que lo que toman carne diariamente.


 Esta granja tiene a los cerdos amotinados, sin huecos para poder moverse, y sólo se dedican a comer y a generar carne. Yo, creo que no es necesario el tratar de esta forma a los animales para producir más y más cantidad de carne cada día, mes o año. Si estuvieran al aire libre, engordando sin prisa y tranquilamente, sin incluir en sus comidas hormonas o antibióticos, quizás la carne sería más buena.
Aquí os presento una imagen (muy impactante para mi parecer) de cómo una empleada está inyectando "alguna sustancia" a los pollos para que parezcan más gorditos y vistosos para los consumidores. Por esta razón, os recomiendo comprar un pollo de corral, que os aseguren que ha sido alimentado con maíz y ha estado de 4 a 6 meses comiendo y en libertad. Siempre lo podéis encontrar en charcuterías de calidad o en herbolarios que vendan carne ecológica.

En cambio, los pescados son ricos en grasas buenas, presentan poco colesterol y sus ácidos grasos poliinsaturados son saludables para el sistema cardiovascular. Es una cena ideal si lo acompañamos con verduras al dente que nos aportarán la falta de fibra que tiene esta porteína.

Por otra parte, la leche es un alimento rico en proteínas, grasas, minerales, vitaminas y carbohidratos que es capaz de nutrir y hacer crecer a un bebé lactante, por esta razón se ha creado la ilusión de que debemos tomar lácteos para evitar que se nos caigan los dientes o deterioren los huesos o para crecer bien los niños. Sin embargo, si nos dejamos llevar por nuestro sentido común, nos damos cuenta que la leche es para mamarla, para los lactantes, ya que los animales adultos no maman y mucho menos de la hembra de otra especie (cosa que hacemos los humanos). Si pensamos seriamente, no deben tener los mismos beneficios el mamar de nuestra madre que mamar de la vaca, además esta última la llevan a procesos de esterilización para poderla tomar los humanos, es decir, ya debemos tratarla químicamente para poder tomarla. La leche de vaca nunca podrá ser igual a la leche humana por la cantidad de proteínas que contiene, ya que cuando la leche humana se "corta" el 80% queda en suero y el 20% en la cuajada, mientras que en la de vaca es a la inversa 80% queda en la cuajada y el 20% en el suero. Esto quiere decir que la excesiva cantidad de proteína que cuaja esta compuesta por caseínas y la del suero por L-albumína. Esta cantidad de caseínas favorece las infecciones intestinales ya que neutraliza la acidez gástrica, además se pueden formar grumos en los intestinos de los lactantes y provocar una sensibilización prematura que puede ocasionar el desarrollo del asma y eccemas infantiles. De modo que si un bebé dobla su peso en 6 meses, un ternero gana más de 100 kg en mes y medio, algo diferente debe ser la leche humana a la de vaca.
Diferencias entre la leche materna, de vaca y de cabra.
Además los lácteos tienen un alto contenido en antígenos (proteínas como la caseína o la gammaglobulina bovina) que agotan el sistema inmunitario, haciéndonos más vulnerables a las infecciones y a enfermedades directamente relacionas con nuestro sistema inmunitario. Se han hacho estudios en universidades que demuestran cómo los lácteos pueden acarrear problemas como: alergias, inmunodepresiones, diabetes juvenil, enfermedades otorrinolaringológicas, asma, acumulación de mucosidades, etc. Por ejemplo el Dr. Gauvin asegura que muchos casos de niños que padecían asma y sinusitis, al retirarles de su dieta los lácteos mejoraron e incluso el problema desapareció.
También se conoce que la gran cantidad de gente que padece osteoporosis se debe a la moda de tomar 4 vasos diarios de leche, o yogures o queso o derivados lácteos para proporcionar la cantidad de calcio necesario para el organismo. Pero este aporte de calcio lo podemos conseguir con repollo, brócoli, nabizas... y muchas más verduras, por eso la importancia que estén presentes en un 50% del plato principal. Además podemos tomar leche pero de almendras, arroz, avellanas, sésamo o chufas! Son variedades de leche vegetales, que nos aportan los nutrientes de los vegetales y unas grasas de calidad fáciles de digerir por nuestro sistema digestivo.


Y vosotros, ahora que lo sabéis, ¿Qué conclusiones sacáis? ¿Qué elegís?
¡Muy feliz semana!

domingo, 9 de noviembre de 2014

Comidas principales

Vamos a realizar un esquema-resumen de lo que deben llevar las principales comidas en nuestra alimentación macrobiótica, ya que debemos tener en cuenta siempre el aporte de hidratos de carbono, proteínas, minerales, vitaminas y grasas de calidad para no tener ninguna carencia en nuestro organismo.
Este esquema que os presento es lo que debería conformar las comidas principales, consta de:
  1. 1 bol de sopa o crema
  2. 30-50% de cereales integrales
  3. 40-50% verduras
  4. 15-20% proteínas
  5. Complementos

1. Bol de sopa o crema:
Debemos empezar la mayoría de nuestras comidas con un bol de sopa, como puede ser la sopa de miso, o de crema, como una crema de verduras (calabaza, calabacin). No penséis que debe ser una cantidad exagerada, no os tenéis que poner un plato, sino una pequeña cantidad, la cual ayuda a nuestro estómago a prepararse para digerir los cereales y proteínas que vendrán luego.

2. Cereales integrales:
Los cereales integrales son el pilar fundamental de la alimentación macrobiótica, por eso deben ser entre un 30-50% del total del plato, por su gran aporte de hidratos de carbono necesarios para tener un día lleno de energía, la cual viene de la trasformación del almidón que contienen a glucosa. Conocidos como azúcares de combustión lenta, no dejan residuo alguno en el cuerpo, por lo que son ideales para controlar nuestro peso, siempre que sean integrales. Estos cereales pueden ser (como mencionamos en otro post): arroz integral, mijo, quinoa, trigo sarraceno, avena, cebada, centeno, maíz, espelta... 

3. Verduras:
Las verduras deben ser un 40-50% del total del plato, ya que nos aportan minerales y vitaminas necesarias para algunos procesos de nuestro organismo. Estas verduras se dividen en verdes, redondas y raíces. Las verdes/hoja son necesarias tenerlas presentes en todas las comidas por su aporte de calcio y minerales esenciales, tales como: lechugas, brécol, calabacines, judias verdes, parte verde del puerro, hojas de rábano, hojas de zanahoria... Las redondas son buenas y dulces como la coliflor, la cebolla, la calabaza... Las raíces son verduras que vienen del subsuelo como la zanahoria, rábano, nabo, chirivía... Es importante tener presente los tres tipos de verduras en nuestros platos diarios por su aporte de vitaminas y por la variedad de texturas (más adelante hablaremos de las texturas en los platos).

4. Proteínas:
Las proteínas que debemos aportar en nuestras comidas diarias no deben superar el 20% de la totalidad del plato,aunque son el material fundamental del que estamos hechos, las proteínas necesitan de un cereal para completar su aporte de aminoácidos esenciales para nuestro organismo, es decir, 1 parte de garbanzo por 3 de arroz, o 1 parte de lentejas por 3 de trigo. El aporte de proteínas lo podemos hacer en términos semanales, es decir, si un día tenemos una dieta baja en proteínas, se compensa con pescado o huevo al día siguiente, sin producir alteraciones en nuestro equilibrio interno. Éstas proteínas pueden ser pescado, legumbres, seitán, tempeh, tofu o aves.

5. Complementos:
Con complementos nos referimos a aceites no refinados (aceite de oliva o sésamo), semillas o frutos secos, además de la sal marina, el miso, la salsa de soja o el umeboshi, entre otros. Son elementos fundamentales que nos aportan las grasas de calidad que necesita nuestro cuerpo; este tipo de complementos los utilizamos diariamente mientras cocinamos, por lo que no debemos preocuparnos en exceso, ya que siempre los vamos a utilizar. Como he dicho, no aportan grasas malas, sino grasas de buena calidad y de fácil asimilación.

Los beneficios que aporta este tipo de alimentación son muchos, desde tener equilibrado nuestro nivel de glucosa hasta mantener el equilibrio en el pH de nuestra sangre. 
Al añadir todos esos alimentos en un plato nos ayuda a que haya un equilibrio en los nutrientes que añadimos a nuestro cuerpo: carbohidratos (que nos los dan los cereales), proteínas (legumbres, pescado, seitán...), grasas de calidad (semillas, frutos secos..), minerales (sopas y cremas) y vitaminas (verduras al dente y crujientes). También nos ayuda a tener un equilibrio en los sabores, es decir, debemos tener en cuenta que haya diferentes sabores en el plato, nos basaremos en porcentajes para entender que sabor predominará el plato: 80% dulce (verduras, frutas, cereales), 5% salado (sin enmascarar los platos), 5% amargo (hojas de endivia, aceitunas, semillas), 5% picante (ajo, jengibre, pimienta negra) y 5% ácido (umeboshi o vinagres). La importancia de añadir estos sabores es para poner en funcionamiento los órganos de nuestro cuerpo, es decir, los diferentes sabores del plato nos aportan beneficios en cuanto al funcionamiento interno de nuestro organismo, por ejemplo el sabor dulce hace trabajar al estómago, el vazo y el páncreas; el salado a los riñones y la vejiga; el amargo al corazón y intestino delgado (además de tonificar la circulación); el picante al intestino grueso, los pulmones y mucosas; y el ácido al hígado y la vesícula biliar. El echo de que todos los sabores afecten a algo es para tener todo en funcionamiento y que nada se "estropee" y esté fuerte ante infecciones y enfermedades. Al principio para un mundo el preparar un plato pero, poco a poco, en este tipo de cocina se añaden los sabores sin darse cuenta, de modo de que no os preocupéis porque ¡roma no se hizo en un día! 
También nos aporta esta alimentación un pH en sangre ligeramente alcalino, es decir, ligeramente salada. Los alimentos que nos aseguran esta alcalinidad son los minerales que viene de las verduras, de la sal sin refinar, del miso... y el tener la sangre un poco salada nos asegura, también, una buena absorción del calcio proveniente de las verduras. También el aporte de los cereales nos asegura un nivel de glucosa en sangre correcto, es decir, las cadenas de carbohidratos que contienen este tipo de cereales son largas y de combustión lenta lo cual nos ayuda a estar aportando a nuestro cuerpo glucosa de forma constante y, de este modo, evitar tomar azúcar o productos dulces; es decir, estamos equilibrados en el nivel de azúcar en sangre. 

Yo, personalmente, sigo este patrón para la comida principal, pero para la cena quito los cereales, ya que no necesito esa energía para la noche, me preparo un bol de sopa o crema y un plato con mucha verdura y muy poca proteína, con eso tengo bastante. Pero si alguien necesita tomar cereales por la noche, no pasa nada, si eres deportista o estas embaraza o, simplemente, te apetecen, puedes tomarlos, teniendo en cuenta tu equilibrio interno. En esta alimentación cada uno elige lo que quiere o no quiere comer, si lo necesita o no lo necesita según tu equilibrio interno; por esa razón, yo noto que no lo necesito y con lo que ceno tengo suficiente. 

Por cierto, ¿os habéis fijado que el plato principal parece el símbolo de la paz? ¿casualidad o realidad? 
¡anímate y prueba la macrobiótica!

domingo, 26 de octubre de 2014

Sopa de miso y espaguetis integrales

Como al principio no tenía en mi despensa alimentos macrobióticos, cereales integrales y nada ecológico, me compré en un herbolario lo esencial para empezar a hacer algunas recetas muy básicas y platos poco vistosos, ya que los principios nunca son fáciles. Por esa razón, os voy a enseñar los primeros platos macrobióticos que me preparaba al empezar este tipo de alimentación, son muy básicos y abarcan la mayoría de elementos que necesita nuestro organismo, poco a poco he ido mejorando y creando recetas bastante vistosas y ricas, pero siempre se pueden mejorar y darles el toque personal.
Os aconsejo comprar este tipo de alimentos en herbolarios y grandes almacenes que tengan un pasillo de productos ecológicos de calidad, de esta forma puedes comparar precios y marcas que te puedan gustar más o menos. Al principio parece que haya un desembolso enorme ya que este tipo de productos suelen ser caros, pero os aseguro que cunden bastante, los productos más caros son los que tienen una vida más larga en tu despensa, así que vale la pena cuidarse de esta forma ;)

Vamos a empezar realizando una sopa de miso básica, que siempre debemos tomar un bol antes de los platos principales, de esta forma el estómago se prepara para poder digerir los alimentos sólidos que vendrán en el segundo plato, que son los cereales. La sopa de miso se prepara con cualquier verdura que tengamos en nuestro frigorífico, acompañadas de unas cucharadas de miso y alga wakame. Esta sopa es muy beneficiosa ya que contiene nutrientes gracias al miso, que contiene enzimas y fermentos vivos, que apoyan nuestro sistema inmunológico, por lo que ayuda a nuestro cuerpo a protegerse frente a enfermedades e infecciones, a mantener el equilibrio de nuestra flora intestinal, tiene un gran poder antioxidante ya que favorece la eliminación de radicales libres y es un buen alcalinizante que nos aporta minerales y favorece la eliminación de la acidez, lo que nos hace sentir con más energía.

SOPA DE MISO

Ingredientes:

1 puerro
2 zanahorias
1 mazorca de maíz 
1 cucharada de postre de genmai-miso por persona
1 trozo de alga wakame

Preparamos el alga wakame en un bol con agua para que se hidrate. Utilizamos el alga wakame ya que nos aporta una importante cantidad de sodio (100gr nos aporta la cantidad diaria recomendada) y calcio, ayuda a hidratar nuestro organismo y piel gracias a la cantidad de agua que contiene y nos ayuda a reponer las sales minerales perdidas durante el día o ejercicio físico. Debemos hidratar esta alga antes de incluirla a la sopa para controlar las cantidades, ya que puede crecer hasta el doble o triple, no se pueden poner secas a la sopa, además el agua con la que las hidratamos la podemos aportar a la sopa ya que contiene minerales de éstas.
Mientras cortamos el puerro a rodajas finas, la mazorca a rodajas y las zanahorias a medias lunas y las hervimos 10-15 minutos, hasta que estén las verduras tiernas) junto con el trozo de alga wakame hidratada y troceada.
Alga wakame a remojo
Puerro cortado
Mazorca cortada
Zanahoria cortada
Cazuela con todos los ingredientes

Una vez han transcurrido los minutos de cocción de las verduras, apagamos el fuego y diluimos una cucharada de miso por persona en un poco de caldo de la sopa y lo añadimos a la cazuela. El miso de debe añadir en el último momento para que no hierva ya que perdería sus propiedades, por esa razón debemos apagar el fuego y retirar la cazuela del fogón. ¡De esta forma ya tenemos nuestra sopa de miso hecha! Podemos añadirle un poco de perejil picado fresco o cebollino para presentarlo.

Pasta miso
Miso disuelto
Añadir miso a la sopa

Sopa terminada
Esta sopa la acompañé ese día de unos espaguetis integrales salteados con brécol (brócoli), zanahoria y seitán casero, una receta fácil, rápida y que aporta los hidratos de carbono que necesitamos para tener energía, una verdura verde crujiente, una raíz y un poco de proteína.
Para hacerlos, hervimos los espaguetis según nos indique el paquete, mientras vamos cortando el brócoli a ramitos y la zanahoria a rodajas y lo cocemos para que queden crujientes (3' el brócoli y 5' la zanahoria), una vez hechas las verduras las salteamos junto con el seitán, agregamos los espaguetis a la sartén y añadimos un poco de shoyu para realzar el sabor del plato. Servimos y espolvoreamos un poco de gomasio (semillas de sésamo tostado con una pizca de sal).

Sopa de miso y espaguetis

No suelo disponer de mucho tiempo para cocinar ya que trabajo a jornada partida y voy siempre con el tiempo bastante justo, por eso las sopas, cremas y potajes los suelo hacer por las noches para tenerlo preparado al día siguiente, y los cereales los hago en el momento a mediodía, ya que son rápidos de hacer y las verduras es mejor cocinarlas en el momento de comerlas ya que sino pierden las vitaminas y nutrientes que nos aportan. Por eso veréis que los primeros platos que elaboré son bastante básicos, pero así también podéis probarlos vosotros sin necesidad de gastar demasiado ;)
Y por el seitán casero no os preocupéis que pondré una entrada con todo el proceso para hacerlo, así nos ahorramos bastante dinero y ¡está mucho más bueno y sabroso!

¡Disfrutar comiendo y masticar sin prisa, saboreando!


domingo, 19 de octubre de 2014

Condimentos y tés

Hoy vamos a hablar sobre los condimentos que podemos utilizar en nuestra cocina macrobiótica para resaltar el sabor de los alimentos y poder crear una polaridad sobre esos alimentos en el plato. Suelen ser bastantes yang y salados, por lo que no debemos usarlos en exceso.

Sal marina sin refinar
  • Sal marina sin refinar: La sal que se utiliza comúnmente es la refinada, a ésta se le quitan todas las propiedades naturales de la sal además de añadirle productos químicos para evitar la humedad y hacerla más suelta. La sal sin refinar posee elementos valiosos para la salud, es un elemento que no se puede prescindir ya que incide en el apetito y actividades de la vida diaria. Ésta sal marina sin refinar nos aporta una mayor concentración de minerales, regula el quilibrio sodio-potasio (más adelante ya hablaremos de él), actúa como bactericida y además nos aporta longevidad, al contrario que la sal común que contiene sodio puro, causa hipertensión, así como problemas cardíacos y contiene mayor concentración de flúor, yodo y sustancias químicas malas. Yo utilizo esta sal, que la compro en herbolarios de la zona.
Kuzu
  • Kuzu: Tiene un color blanco y un sabor neutro por lo que es ideal en cualquier tipo de plato y es de fácil digestión, además está muy valorado porque posee propiedades terapéuticas para el organismo. Les da a los guisos y potajes una textura espesa y sirve para aderezar ensaladas. Te protege ante resfriados, fiebre o diarreas.
  • Sésamo: Es un condimento muy completo ya que contiene aminoácidos esenciales, minerales, fosfatos, lecitina, grasas insaturadas y pocos hidratos de carbono. Es importante incluirlo a diario en nuestros platos. Existen varios derivados del sésamo: el aceite de sésamo, el gomasio y el tahín.
    • Aceite de sésamo: Este aceite ayuda a regular el colesterol y es muy bueno para la piel, los ojos y los oídos. Su utiliza en proporciones inferiores a otros aceites, además es ideal para fritos y horneados ya que se amarga enseguida.
    • Gomasio: Es un condimento que lleva 10 partes de sésamo tostado y 1 de sal marina, triturados hasta conseguir una sal. Es más aconsejable fabricarlo en casa que comprarlo hecho, ya que sus propiedades variarán. Es gomasio tiene un equilibrio perfecto de yin y yang, por lo que es ideal añadir una pizca en cada plato, así lo equilibramos.
    • Tahín: Son semillas de sésamo trituradas hasta convertirlas en grasa, es como una mantequilla. Se utiliza en guisos, estofados y patés de legumbres para resaltar los sabores y añadirles ese toque de grasa de buena calidad.
Ciruelas umeboshi
  • Umeboshi: Es una ciruela de color púrpura que facilita la digestión y purifica la sangre, además posee propiedades medicinales como superar el estreñimiento, controlar las diarreas, limpiar la vesícula biliar y el hígado y conseguir un equilibrio en el organismo. Se pueden tomar masticándolas correctamente o dejarlas en remojo y tomarlas en un té bancha o kukitcha.
  • Vinagre de umeboshi: Es uno de los mejores vinagres y se utiliza mucho para hacer encurtidos.
  • Vinagre de arroz: Se utiliza en algunas ocasiones y es recomendado por su alcalinidad.
  • Raíz de loto: Se utiliza en guisos y estofados para ayudarnos a eliminar mucosidades de los pulmones.
  • Teka: Es un condimento que lleva miso, zanahoria, jengibre, lotus, raíz de bardana, aceite de sésamo y achicoria. Se espolvorea sobre los platos pero muy poca cantidad porque es muy yang.
  • Semillas: Es el aporte de grasas buenas que necesita nuestro organismo, nos dan mucha energía y no engordan. Hay varias semillas que se suelen utilizar bastante:
    Sésamo tostado
    • Semillas de girasol: Tiene una gran variedad de nutrientes y proteínas, se consumen tostadas y entre horas, aunque también se puede espolvorear sobre los platos.
    • Semillas de calabaza: Se toman tostadas y aliñadas con shoyu como aperitivo.
    • Semillas de sésamo tostadas: Se añaden a cualquier tipo de platos para completar su equilibrio y se puede usar en abundancia.
    • Almendras, cacahuetes y avellanas tostadas: Se pueden usar de vez en cuando en estofados, trituradas previamente.
  • Edulcorantes naturales: En macrobiótica no se recomienda el consumo de azúcar refinado y edulcorantes químicos por lo que los sustituimos por edulcorantes naturales como son las melazas de cereales. Se diferencia de los industrializados en que su proceso de concentración se ha llevado de forma natural y sin ningún producto químico. Son muy dulces y muy yin por lo que hay que consumirlos moderadamente. Los más conocidos son: melaza de arroz, trigo, maíz, cebada, amasake, sukanato, panela, sirope de arce, sirope de agave y concentrado de manzana.
En cuanto al consumo de líquidos, la alimentación macrobiótica no es partidaria de beber por obligación 2 litros de agua diario como recomienda todo el mundo, considera que con el agua que contienen los alimentos es más que suficiente. Pero si sentimos sed durante el día, podemos tomar agua o tés de diferentes tipos para calmarla pero sin obligarnos a nada.
    Té kukicha

  • Té bancha: Este té es de los más conocidos en macrobiótica, no contiene teína por lo que se puede tomar a cualquier hora del día, incluida la noche, es parecido al kukicha.
  • Té de alga kombu: Nos repone minerales en nuestro organismo además de mejorar el fluido sanguíneo.
  • Té kukicha: Son ramas de té de tres años, por lo que se conoce como "té de tres años", tiene un sabor muy agradable y suave, lo puedes tomar a cualquier hora, es que yo utilizo para los desayunos, ya que me aporta una gran cantidad de minerales para afrontar el día, además de aliviarme las agujetas que pueda tener de las tardes de ejercicio. 
  • Té mu: Es un té muy indicado para problemas de menstruación, ya que contiene 16 plantas medicinales y sus bolsitas pueden volverse a utilizar, sale bastante a cuenta.
  • Té de loto: Se utiliza por su capacidad de expulsar las mucosidades en resfriados. No recomendado para niños ya que es muy yang y contrae mucho sus pulmones.
  • Té de jengibre: Perfecto para problemas digestivos, respiratorios y pulmonares.
  • Té yannoh: Conocido como "café de Ohsawa", es un preparado de varios cereales con alguna raíz, es de sabor fuerte, se puede utilizar como café instantáneo, tipo nescafé.
Bien, sólo falta explicar los alimentos no recomendados y ya podremos pasar a elaborar recetas y seguir resolviendo dudas, si alguien tiene alguna que no dude en comentar y con mucho cariño contestaré a todos los comentarios.

¡Espero que disfrutéis leyendo algo de alimentación macrobiótica!