sábado, 18 de abril de 2015

¡Bienvenida primavera!

¡Ya estamos por aquí de nuevo!

Ya estamos en primavera y, personalmente, es una de las épocas que más me gustan en macrobiótica. La primavera nos hace ascender, nos hace ser más sensuales y más creativos, mucho más en las mujeres; es decir, reverdece la vida después de esconderse durante el invierno. Es una época para deshacerse del exceso de energía que acumulamos en invierno, esa energía excesiva de los alimentos que nos generan calor (harinas, horneados, guisos lentos...), por eso se considera una etapa de depuración de nuestro cuerpo, de eliminar esos excesos en nuestro cuerpo y dejar paso a una alimentación más verde, más viva y con una forma de cocinar más simple (salteados, escaldados o vapor).

  ¡La primavera nos revive, disfrútala!

No hay cosa que me guste más en primavera que dar largos paseos por las sendas que hay en mi pueblo (sí, soy dichosa por vivir en ciudad pero tener pueblo, jaja), en las que ahora empiezan a florecer los campos que estaban como muertos en invierno y a asomarse las primeras verduras silvestres tan buenas y que tanto me enloquecen. Esas verduras a las que me refiero con los espárragos trigueros silvestres y unos brotes que se llaman collejas ("conillets" en mi pueblo) que sólo salen este mes de abril y están riquísimas, y aún más ricas están si las recoges tú misma con las manos y acompañada de tu familia. En mi casa esta temporada es de dar largos paseos que empiezan con las manos vacías y un lorenzo bien hermoso, y terminan con las manos llenas de verduras sanas, de temporada y lo más ecológicas que te puedas imaginar y un atardecer inigualable. ¡Por eso y mucho más disfruto tanto de esta temporada!
Espárragos recién cogidos
Esto son las collejas o "conillets"

Con mi padre buscando espárragos
Pasamos una buena tarde con mi familia y mi perro
Al día siguiente quise probar a hacer una receta de falafels caseros, esas famosas croquetas de garbanzos que son tan sanas y nutritivas. La que os presenté en mi página de facebook esta semana. Ese domingo, como todos los domingos, en casa de mi abuela comemos todos en familia, tíos, tías, primos, primas, sobrino... y como me salieron un montón de falafels (ya que todavía no controlo demasiado bien las cantidades, jaja) ¡todos se quedaron boquiabiertos! Vamos, que casi mi quedo sin comer yo! (porque aparté un plato para el blog, sino...jajajaja)
Os dejo la receta para que podáis degustar y dar a conocer a vuestra familia nuevas comidas y que las acepten con las bocas abiertas.

Necesitaréis

250 gr de garbanzos hidratados durante 12-24 horas
1 diente de ajo
1 cebolla
1 puñadito de cilantro fresco
1 puñadito de perejil fresco
1 cucharada de comino molido
Pizca de sal
Pizca de canela 
Pimienta molida
70 gr de harina de garbanzos (para rebozar las croquetas)

Elaboración:
La receta la realicé con la thermomix (ya sabéis que quiero sacarle partido utilizándola para recetas macrobióticas), pues gracias a ella pude realizar la harina de garbanzos secos ecológicos y me quedo súper suave y muy rica. Aunque la realicé con thermomix podéis hacerla con batidora normal o picadora.
Bien, ponemos en el vaso los garbanzos bien escurridos y lavados, el ajo, la cebolla, la canela, el perejil, el cilantro, la pimienta, el comino y la sal. Trituramos todo programando 15 segundos a velocidad 5. Abrimos la tapa y bajamos los restos al fondo del vaso y volvemos a programar 5 segundos velocidad 6. Añadimos una cucharada de harina de garbanzos y programamos 10 segundos a velocidad 5. Nos quedará una pasta grumosa con un olor a especias que nos recordará esos países vecinos, como marruecos, con sus calles llenas de especias y olor a inciensos.
Dejamos reposar la masa unos 30-40 minutos en la nevera para que coja consistencia, así a la hora de elaborar las croquetas nos quedarán mejor prensadas.


Preparamos un plato con harina de garbanzos y con las manos engrasadas con un pelín de aceite damos forma a las croquetas, primero realizamos una bola y luego la aplastamos un poco con la mano para que se queden con forma de falafels tradicionales. Luego las pasamos por harina con cuidado y dejamos en plato para freírlos posteriormente. Os dejo fotos del proceso de hacer las croquetas:

Realizamos una bola
Aplastamos con la mano



















Falafels rebozados en harina de garbanzos
Damos forma redondita a los bordes

















Preparamos una sartén con aceite caliente para freír nuestros ricos falafels, freímos, escurrimos el exceso de aceite con un papel absorbente y servimos con una ensalada cruda de lechuga (de la huerta de los papis), col lombarda y zanahoria. Podemos acompañarlos con una salsa de yogurt de soja o cualquier salsa que queráis y os guste (yo en este caso no pude acompañarlos con ninguna salsa pero estaban de escándalo igualmente).

Falafels fritos y presentados

Quedaron muy crujientes y melosos por dentro

Espero que disfrutéis de esta receta tanto como la disfruté yo y mis familiares en la comida de domingo. Y ya sabéis que adentraros en esta cocina no es difícil y que a todo el mundo puede gustar nuevos sabores y texturas, hay que jugar con eso en la cocina y comprobar la reacción de los paladares.

Hay que buscar nuestro camino y, cuando lo encontremos, hay que seguirlo con los ojos cerrados
¡Vivir, disfrutar y sentir la primavera!

domingo, 29 de marzo de 2015

¡Meriendas!

¡Volvemos a las andadas!

Hoy os quiero presentar unas barritas energéticas perfectas para una merienda o tentempié sano, saludable y muy nutritivo. ¡En mi casa se las comen como si no hubiera mañana y yo súper contenta porque sé que les aporto nutrientes sin que se den cuenta! Me chiflan estas barritas.

Ingredientes:

1 taza de sésamo tostado
1/2 taza de nueces y avellanas
1 puñado de piñones
4 cucharadas soperas de melaza de arroz
harina de garbanzos u otra harina.

Para empezar debemos tostar ligeramente los frutos secos que tenemos y precalentamos el horno a unos 180C. En un bol añadimos los frutos secos tostados, el sésamo y la melaza de arroz (se puede calentar un poco en un cazo para poder mezclarla mejor con los ingredientes) y mezclamos todo, hasta que la melaza impregne todos los frutos y semillas. Se quedará una bola dura y costará de manejar, pero se puede!
En un papel vegetal para horno colocamos la mezcla y le damos forma de rectángulo y espolvoreamos por encima un poco de harina de garbanzos para que sean más solidas, lo colocamos así porque una vez en el horno se hace el doble de grande y así nos quedarán todas las barritas del mismo grosor y forma. Horneamos unos 15 minutos, sacamos del horno y cortamos nuestras barritas cuando esté tibio (se corta mejor y no se rompen). ¡Buen provecho!





















Resultado: Unas barritas más que apetecibles!
También quería presentaros una merienda muy buena para los días en que nos notamos más decaídos y cansados. Se trata de unas tortitas de trigo sarraceno y unas natillas con leche de arroz. A VM le encantan estas natillas y disfruta comiéndolas junto con un poco de tortita. Éstas también son ideales para un desayuno diferente y nutritivo.

Natillas (receta thermomix):

500gr de bebida de arroz
4 cucharadas soperas de melaza de arroz (100gr)
1 cuchara de té de esencia de vainilla
2 cucharadas soperas de maicena
1 cucharada sopera de kuzu

Bien, ponemos en el vaso la bebida de arroz, la melaza y la esencia de vainilla y mezclamos 10 seg a velocidad 4. Luego programamos 8 minutos 90ºC velocidad 2.
Diluimos la maicena y el kuzu en agua y lo añadimos al vaso, removemos 2-3 minutos velocidad 2, hasta que espese. Vertemos inmediatamente sobre los boles y dejamos enfriar. ¡Están de vicio!
Si estas natillas las quieres hacer de chocolate, sólo tienes que añadir cacao puro desgrasado en polvo y añadir dos cucharadas a la mezcla y ¡listo!

Natillas (receta normal):

Mismos ingredientes que el anterior.

Calentamos la bebida de arroz junto con la melaza y la esencia de vainilla. Diluimos la maicena en agua fría y lo añadimos a la bebida de arroz. Llevamos a ebullición unos 2-3 minutos removiendo con una espátula. Por último, diluimos el kuzu en agua fría, lo añadimos a la bebida de arroz y removemos hasta que notemos que va espesando. Vertemos inmediatamente en los boles preparados y disfrutamos de un buen postre o una muy buena merienda.

Tortitas de trigo sarraceno:

Los ingredientes para esta receta son un poco a ojo, ya que tenemos que conseguir una textura espesita, tipo crêp, así que os daré medida aproximadas, luego vosotros añadís más leche de arroz o más harina de trigo sarraceno.

2-3 cucharadas soperas de harina de trigo sarraceno
1 taza de bebida de arroz
pizca de canela
pizca de sal
ralladura de limón (opcional)
frutos secos o dátiles, pasas, orejones (lo que nos apetezca en ese momento)
(También se puede añadir fruta a trocitos pequeños)

Mezclamos todos los ingredientes en un bol y mezclamos hasta conseguir una textura tipo crêp, una textura parecida a una natilla. En una sartén caliente vertemos parte de la mezcla y cocinamos a fuego medio por un lado y luego por el otro (1-2 minutos por cada lado), seguimos así hasta acabar con la mezcla preparada. Servimos y disfrutamos de el sabor dulce del trigo sarraceno.

















¡Qué buena merienda!

Eso es todo por hoy, espero que probéis estas recetas y me ofrezcáis alternativas o cosas que variaríais para mejorarlas. Ya sabéis que son alimentos muy buenos para niños, adultos y ancianos, no hay edad para poder disfrutar de alimentos cocinados por nosotros mismo, con ingredientes de una calidad excelente y que sabemos qué comemos y porqué lo comemos.

¡Disfrutad siempre de la comida y si es en compañía mucho mejor!



domingo, 1 de marzo de 2015

¡Crema de arroz y galletas!

Bueno, aquí estoy de nuevo. Perdonar por no haber podido escribir la semana pasada, pero he estado muy ocupada en mi trabajo y no he tenido tiempo para poder conectarme con el pc (¡no sabéis cuánto lo siento!)
Para compensaros he decidido crear esta entrada gracias a la pesada de mi hermana que lleva varias semanas pidiéndome una receta de galletas para darle a mi sobrino. Así que espero poder ofreceros una alternativa a las galletas industriales super azucaradas y llenas de grasas, además de unos desayunos más energéticos y deliciosos.

Crema de arroz:
Empezar el día con una buena crema de arroz es estupendo porque nos va a aportar una energía buena para afrontar la mañana con ganas y, al mismo tiempo, nos calentará por dentro en estos días de frío. Esta crema la podemos tomar como dulce o salado, según lo que el cuerpo te pida.

Necesitaremos:
1 vaso de arroz
5 vasos de agua

Para preparar el arroz, debemos lavarlo bien debajo del agua para eliminar las impurezas que pueda tener. Lo ponemos en remojo toda la noche con los 5 vasos de agua. Pasado ese tiempo, lo colocamos en la olla a presión con el agua de remojo y añadimos una pizca de sal. Llevamos a ebullición, cerramos y cocinamos 50 minutos a fuego mínimo. Apagamos el fuego y dejamos enfriar naturalmente.
Arroz junto con el agua en la olla rápida

Para hacer una crema de arroz de desayuno más salada:
Cogemos la porción de arroz cocido que queremos y lo añadimos en un cazo y añadimos leche de almendras (o arroz) para calentarlo. Lo colocamos en un bol para comer y añadimos unas semillas de sésamo tostadas o semillas de girasol, calabaza... e incluso unos copos de alga nori tostada. ¡Hay miles de posibilidades!
Crema de arroz salada con semillas de sésamo tostadas y
semillas de girasol tostadas.
Para conseguir una crema de arroz dulce:
Cogemos la porción de arroz cocido que queremos y lo añadimos en un cazo junto con un poco de leche (almendras, arroz...) y lo calentamos. Una vez caliente podemos añadir una cucharada de té de melaza de arroz y la disolvemos en nuestra crema. Una vez dulce, podemos añadir lo que nos más nos guste, en este caso utilicé frambuesas (ecológicas) y un puñadito de semillas tostadas. Pero, podemos añadir pasas, orejones, lo que se os ocurra para realizar un desayuno perfecto.

Crema de arroz dulce con semillas y frambuesas.
 Espero que os animéis a probar la crema de arroz, en su versión dulce o salada, ya os adelanto que está buenísima y podéis hacer mil variaciones en este plato, añadir lo que más os guste o eliminar lo que no os agrade. También podéis variar el cereal y cambiarlo por trigo sarraceno, mijo... la cantidad de agua siempre es la misma 1 de cereal por 5 de agua. ¡La decisión es vuestra!

Galletas:
Estas galletas son muy buenas y energéticas, ideales para niños y adultos (por supuesto, jajaja). Os ofrezco varias alternativas, muy parecidas e igual de ricas: unas son unas galletas de avena y las otras son de cereales variados.

Galletas de avena y arándanos:

1 taza de copos de avena
1 taza de harina integral
4 cucharadas de melaza de arroz
1/2 taza de aceite
1/2 taza de leche de arroz
1 cucharada de levadura
unas gotas de vainilla (polvo o esencia)
una pizca de canela (al gusto)
un puñado de arándanos secos

Precalentamos el horno a 180ºC. Preparamos una bandeja de horno con papel vegetal.
Estas galletas son muy sencillas de hacer, añadimos todos los ingredientes en un bol y mezclamos hasta conseguir una masa uniforme y gordita. Con la mezcla resultante, con la ayuda de una cuchara, vamos poniendo pequeñas porciones sobre el papel de vegetal y la aplastamos un poco.
Colocamos la bandeja en el horno y las dejamos durante 15-20 minutos, hasta que estén doradas por encima y... ¡LISTAS!

Mezcla harina con copos de avena

Añadimos la melaza y los arándanos
Mezclamos con los demás ingredientes y hacemos las bolas

Resultado de las galletas mmm... 
Quedan como pequeños bizcochitos gracias al poquito de levadura que hemos puesto y estás riquísimas.

Galletas de 5 cereales con nueces y avellanas:

60gr de copos de cereles variados
60gr de harina integral de espelta
30gr de aceite de girasol
100gr de melaza de arroz
80ml de zumo de manzana o de naranja
80gr de nueces y avellanas
pizca de sal marina
canela al gusto
vainillla al gusto ( yo utilicé esencia de vainilla)
puñado de arándanos o pasas (si queremos)

Precalentamos el horno a 180ºC y preparamos la rejilla del horno o bandeja con un papel de horno.
Mezclamos en un bol los ingredientes por orden, primero añadimos el aceite, la melaza, el zumo e manzana y la pizca de sal y mezclamos. Seguimos añadiendo la canela, la vainilla y removemos. A continuación añadimos las nueces y las avellanas, los copos de cereales y, por último, la harina integral de espelta.
Una vez hecha la mezcla debemos ajustarla para que no nos quede líquida y pegajosa, así que añadimos harina (si está demasiado líquida) o añadimos zumo de manzana (si se ha quedado demasiado espesa).
Colocamos montoncitos con la ayuda de un molde redondo para que nos salgan todas las galletas iguales. Ponemos la bandeja en el horno y horneamos durante 20 minutos hasta que estén doraditas. Sacamos y dejamos enfriar. Son ideales para niños y para acompañar postres o un té kukicha para merendar. ¡SON ESTUPENDAS!

Así quedan en la bandeja de horno
Son muy crujientes y ricas ;)
Espero que mi hermana pruebe a realizar estas recetas de galletas y que a mi sobrino le encanten. Por supuesto, intentar realizar estas recetas y comentarme qué tal os han quedado y qué os han parecido. Son unas galletas muy buenas y gratas al paladar de cualquiera (aunque no sean macrobióticos) y son ideales para ofrecer como regalo a amigos y familiares.

¡Disfrutad de la semana y ser felices comiendo!

lunes, 16 de febrero de 2015

Nuevas tentaciones...

Deseo que tengáis ganas de empezar la semana con muy buen pie y con ganas de aprender un poquito más sobre esta alimentación tan sana y natural. La semana pasada os enseñaba uno de los remedios más conocidos por la macrobiótica y espero que a más de uno el Kuzu-umeboshi le haya solucionado la falta de alcalinidad en la sangre así como los refriados ya que ¡todavía no se quiere ir el frío!
Bien, esta semana quiero presentaros una legumbre que preparé por primera vez esta semana y un cereal nuevo que incorporé a mi despensa, estos son: la soja negra y la cebada.

La soja negra nos ofrece un sinfín de beneficios para nuestro organismo, está demostrado que ayuda a combatir la obesidad por su facilidad en actuar sobre las células que almacenan grasas y facilita el adelgazamiento; y la diabetes de tipo II que gracias a su gran cantidad en fibras controla los niveles de glucosa, evitando así que haya una subida de insulina. Además es un alimento muy nutritivo y fácil de digerir por lo que está indicado para personas con anémia o débiles. También regula el colesterol en sangre y así nos ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares. A parte de todos estos beneficios nos aposta un montón de nutrientes: calcio, magnesio, vitaminas B y E, hierro, potasio, lípidos y yodo.
Como veis, todo son beneficios en cuanto a la soja negra, por eso he decidido incluirla en mi lista de legumbres a preparar para acompañar mis platos. Os dejo la receta básica, para que podáis prepararla y probar dónde la podéis incluir, ya os digo que su sabor es muy versátil y se puede jugar mucho en la cocina con ella.

Elaboración de la SOJA NEGRA:

1 Vaso de soja negra
1 Trozo de alga Kombu
Sal marina
Agua hasta cubrir

Lavamos la soja bajo el grifo y dejamos en remojo toda la noche junto con el alga kombu, para que se hidrate un poco y nos facilite su posterior cocción.
Colocamos en una olla a presión  y cocinamos unos 45-50 minutos. Pasado este tiempo, abrimos la olla (cuidado con la presión) y añadimos la sal a gusto y dejamos cocinar 5-10 minutos más.
Probamos la soja para asegurarnos que están perfectas y ¡ya está lista!
La podemos hacer salteada, guisada con verduritas, cualquier uso que se te ocurra será estupendo!

Soja preparada para llevar a ebullición.
Soja cocinada
En este plato la salteé con zanahoria y puerro, y la acompañé
con quinoa y brócoli y un pelín de chukut
Os tengo que decir que guardé el caldo que sobró de la cocción de la soja negra y después de comer me hice varios días una infusión con él. Ya que ese caldo es muy bueno para depurar y eliminar la grasa abdominal y, de esta forma, aprovechamos todo y no tiramos nada a la basura, porque todo es bueno para nuestro cuerpo ;)

Este es el caldo que sobró, tuve para dos infusiones
Seguimos con la cebada, un cereal que ha quedado en el olvido de nuestra sociedad y contiene muchas más proteínas que el trigo y mucho menos gluten, además es una gran fuente de vitamina del grupo B y vitamina K. Nos ayudan a regular el colesterol evitando la acumulación de grasas en el hígado. Además como nos regula la glucosa en sangre, nos ayuda a proteger nuestro sistema nervioso y nos aporta mucho ácido fólico (para embarazadas es un cereal estupendo).
Se dice que es un alimento estupendo para combatir el cáncer por su cantidad de antioxidantes que ofrece. Es súper digestiva porque contiene mucha fibra, es tónica, diurética, antiinflamatoria, reconstituyente, desintoxicante y antiséptica (entre otras cosas). Tiene un sinfín de propiedades que hace que no quieras dejar de tomarla alguna vez por semana.
Os digo que su sabor es dulce pero es muy versátil en la cocina, así que ¡dejar volar vuestra imaginación para preparar nuevos y nutritivos platos!

Elaboración de la cebada:

1 taza de cebada ecológica en grano
3 tazas de agua
1 puerro
1 calabaza pequeña
Sal marina
Shoyu
Aceite de oliva

Lavamos la cebada y la dejamos en remojo toda la noche. Pasada esa noche, tiramos el agua y escurrimos bien los granos.
Lavamos bien los puerros y cortamos a medias lunas (incluyendo la parte verde) y la calabaza también la cortamos a cubitos.
Saltemos en una olla el puerro con un pelín de aceite y sal unos 4 minutos, luego añadimos la calabaza y cocinamos 1 minutito más. Pasado este tiempo, agregamos la cebada a la olla, añadimos el agua y un chorrete de shoyu. Tapamos la olla y llevamos a ebullición, bajamos el fuego y cocemos 50-60 minutos.
Lo realicé con calabaza porque me apetecía una comida dulce, y así tendría mi glucosa controlada para todo el día, además sacia mucho y estuvo muy rico (¡hasta mi madre se comió un plato!)
Puerro cortado junto con la parte verde
Puerro y calabaza pochaditos
Cebada, agua y shoyu
Así queda nuestro plato nutritivo y sabroso

Os animo a consumir este tipo de alimentos que quedaron olvidados por culpa de la vida moderna, rápida y estresante que nos obligan a llevar por el trabajo o otras preocupaciones. Nuestro antepasados utilizaban la cebada para elaborar pan y cocinar las comidas principales, y eso se fue quedando en el olvido y en macrobiótica queremos recuperar esos alimentos olvidados.

¡Probar, arriesgar y sorprenderos de sabores y texturas nuevas!

Disfruten mucho con la comida preparada con amor ;)

¡Ser felices!


martes, 10 de febrero de 2015

¡Kuzu-umeboshi!

¡Muy buenas!
Os quiero presentar unos utensilios de cocina que me faltaban para tener todo en orden. Os presento a Tawashi y al rallador japonés de jengibre. El primero sirve para poder eliminar las impurezas de los vegetales para poder aprovechar su piel (siempre y cuando estas verduras sean ecológicas) y así cocinar nuestro alimentos con toda su energía, funciona muy pero que muy bien y ¡me he enamorado de él!; y el segundo es un rallador de cerámica que sirve para poder rallar raíces como el jengibre, la raíz de flor de loto (¡qué bueno está su jugo!), funciona super bien, además te ayuda a poder sacar el jugo a estas raíces para aprovechar todo al máximo. ¡ME ENCANTAN!

Este es el conocido TAWASHI

Este es el rallador de jengibre
Os tengo que contar también que he añadido a mi despensa unas cositas nuevas: kuzu, que son como unos copos de color blanco tiza y duros; ciruelas umeboshi, que son ciruelas maceradas en sal (mediante técnica japonesa); bardana y raíz de flor de loto, que son dos raíces muy buenas para desintoxicar y eliminar excesos; soja negra, tiene una de las propiedades de eliminar la grasa abdominal y es una de las mejores variantes de la soja...
Estoy muy sorprendida de las propiedades de todos estos elementos.

Esto es el kuzu
Son como tiza blanca
Ciruelas umeboshi
Bardana (derecha) y flor de loto (izquierda)
El olor que desprende la raíz de flor de loto es ¡adictiva!
Tiene un olor muy dulce y bueno.

Por ejemplo el kuzu con umeboshi y shoyu, es una infusión muy buena para atacar a gripes o resfriados, además de alcalizarnos la sangre gracias a la ciruela umeboshi.

Sólo se necesita:

1 taza de agua mineral
1 cucharadita de té de kuzu
1 cucharadita de té de shoyu
1 ciruela umeboshi

Para su elaboración disolvemos la cucharadita de kuzu en dos cucharadas soperas de agua (la de la taza), añadimos en un cazo la mezcla junto con el resto de agua y la carne de la ciruela umeboshi (el hueso también). Llevamos a ebullición y, removemos hasta que se hace como una gelatina transparente (o rosácea), añadimos entonces el shoyu y cocinamos 1 minutito más. Lo tomamos caliente, caliente.

Ponermos el kuzu en un cazo
Disolvemos el kuzu con la ayuda de agua
Agregamos el agua sobrante y la ciruela
Calentamos hasta estar transparente y añadimos el shoyu
Está riquísimo y ¡en las mañanas de invierno viene muy bien!

Por cierto, ¿Habéis probado alguna vez los cardos? El otro día mi suegra me ofreció cardos y me dió la idea de poder hacerlos gratinados. Ese mismo domingo me puse de cabeza en la cocina y decidí intentar copiar una receta básica de leche y nata y maicena por una más macrobiótica y natural.
Bien, pues hice una bechamel de coliflor que me quedó muy rica según VM y la vertí por encima de los cardos y los gratiné con la ayuda del horno.

Para ello necesitamos:

1 bote de cardos limpios en conserva (caseros y sin nigún aditivo, azúcares, ni conservantes)
1 cebolla (utilicé cebolleta tierna)
250 gr de coliflor (también añadí un poco de brócoli)
80 ml de leche vegetal (en mi caso utilicé bebida de arroz)
1 pizca de nuez moscada

Troceamos la cebolla y la yanguinizamos (pochamos) con sal y aceite en una olla, de esta forma nos aporta su dulzor natural y nos queda una crema más sabrosa y dulzona. Una vez pochada, añadimos la coliflor y brócoli (soy muy de usar las sobras de la nevera, y ese domingo sólo me queda un trocito de coliflor y sustituí lo que faltaba por brócoli). Añadimos agua hasta cubrir y hervimos 25-30 minutos.
Pasamos nuestra salsa por la batidora y añadimos poco a poco la leche vegetal hasta obtener la textura que necesitamos (puede ser que no añadáis toda la leche o que necesitéis más). Rectificamos de punto de sal y añadimos la nuez moscada si queremos.

Pochamos la cebolla
Añadimos la coliflor y el agua
Trituramos y añadimos la cantidad de leche que necesitemos

Una vez tuve la bechamel de coliflor lista, puse los cardos sobre una bandeja apta para horno y vertí la crema por encima de ellos, cubriéndolos. Los llevé al horno 180ºC unos 15 minutos aproximadamente y listo. ¡La última foto es que no me dio tiempo a hacerla antes ya que a VM le corría prisa probarlos! (Jajaja) Os aseguro que triunfaréis con esta receta.
Cardos limpios y sin ningún aditivo
Cubrimos los cardos con la bechamel
Después de gratinados

Pronto quiero hacer alguna entrada con recetas con bardana y raíz de flor de loto. Espero poder compartir con vosotros muchas más recetas y vosotros conmigo también.
Espero vuestra opinión sobre estas dos recetas.

¿Habíais probado alguna vez el kuzu-umeboshi?


¡MUY FELIZ SEMANA!