jueves, 27 de noviembre de 2014

¿Porque no comemos carne ni lácteos?

Ésta pregunta me la hacen muy a menudo cuando digo que soy macrobiótica y siempre la contesto con la mayor brevedad y entendimiento posible, de modo que os lo voy a explicar.
Antiguamente el consumo de proteína animal se daba en celebraciones importantes, era un alimento de lujo que sólo se lo podía permitir la gente pudiente, gente de la nobleza. En cambio, hoy en día, nos han dado a entender que debemos tomar carne diariamente y en todas las comidas, de este modo se ha incrementado la crianza de animales y la venta de carne en supermercados. Pero la calidad cárnica de hoy en día no tiene nada que ver con la de antaño, es decir, ahora a los animales se les alimentan con piensos, en granjas cerradas sin luz, se les inyectan hormonas para que fabriquen más carne y antibióticos varios para "evitar enfermedades", y demás tratos que se les hacen a la hora de empaquetar y vender por los comercios; esta calidad no es buena para nuestro organismo, no nos aporta prácticamente nada, es más nos añaden hormonas y restos de productos químicos dañinos para nuestro cuerpo. Además el consumo tan elevado de carne que hay actualmente en las mesas sólo nos provoca putrefacciones en nuestros intestinos, acumulación de ácido úrico y una acidificación del medio interno, ya que nuestro organismo no está diseñado para digerir toda esa cantidad de carne; podemos verlo en nuestra dentadura, ya que para desgarrar la carne sólo tenemos los 4 caninos (colmillos) y, en cambio, para moler los cereales contamos con 20 dientes (entre molares y premolares), de modo que ahí queda demostrado porqué no estamos diseñados para comer y digerir esta cantidad diaria de carne. También se tiende a pensar que la persona que come carne está mucho más fuerte y con mucho más músculo, pero las personas que no consumen tal cantidad de carne tienen una tensión más baja, unos huesos más fuertes y menos ataques cardíacos, es decir, tienen una mayor calidad interior que lo que toman carne diariamente.


 Esta granja tiene a los cerdos amotinados, sin huecos para poder moverse, y sólo se dedican a comer y a generar carne. Yo, creo que no es necesario el tratar de esta forma a los animales para producir más y más cantidad de carne cada día, mes o año. Si estuvieran al aire libre, engordando sin prisa y tranquilamente, sin incluir en sus comidas hormonas o antibióticos, quizás la carne sería más buena.
Aquí os presento una imagen (muy impactante para mi parecer) de cómo una empleada está inyectando "alguna sustancia" a los pollos para que parezcan más gorditos y vistosos para los consumidores. Por esta razón, os recomiendo comprar un pollo de corral, que os aseguren que ha sido alimentado con maíz y ha estado de 4 a 6 meses comiendo y en libertad. Siempre lo podéis encontrar en charcuterías de calidad o en herbolarios que vendan carne ecológica.

En cambio, los pescados son ricos en grasas buenas, presentan poco colesterol y sus ácidos grasos poliinsaturados son saludables para el sistema cardiovascular. Es una cena ideal si lo acompañamos con verduras al dente que nos aportarán la falta de fibra que tiene esta porteína.

Por otra parte, la leche es un alimento rico en proteínas, grasas, minerales, vitaminas y carbohidratos que es capaz de nutrir y hacer crecer a un bebé lactante, por esta razón se ha creado la ilusión de que debemos tomar lácteos para evitar que se nos caigan los dientes o deterioren los huesos o para crecer bien los niños. Sin embargo, si nos dejamos llevar por nuestro sentido común, nos damos cuenta que la leche es para mamarla, para los lactantes, ya que los animales adultos no maman y mucho menos de la hembra de otra especie (cosa que hacemos los humanos). Si pensamos seriamente, no deben tener los mismos beneficios el mamar de nuestra madre que mamar de la vaca, además esta última la llevan a procesos de esterilización para poderla tomar los humanos, es decir, ya debemos tratarla químicamente para poder tomarla. La leche de vaca nunca podrá ser igual a la leche humana por la cantidad de proteínas que contiene, ya que cuando la leche humana se "corta" el 80% queda en suero y el 20% en la cuajada, mientras que en la de vaca es a la inversa 80% queda en la cuajada y el 20% en el suero. Esto quiere decir que la excesiva cantidad de proteína que cuaja esta compuesta por caseínas y la del suero por L-albumína. Esta cantidad de caseínas favorece las infecciones intestinales ya que neutraliza la acidez gástrica, además se pueden formar grumos en los intestinos de los lactantes y provocar una sensibilización prematura que puede ocasionar el desarrollo del asma y eccemas infantiles. De modo que si un bebé dobla su peso en 6 meses, un ternero gana más de 100 kg en mes y medio, algo diferente debe ser la leche humana a la de vaca.
Diferencias entre la leche materna, de vaca y de cabra.
Además los lácteos tienen un alto contenido en antígenos (proteínas como la caseína o la gammaglobulina bovina) que agotan el sistema inmunitario, haciéndonos más vulnerables a las infecciones y a enfermedades directamente relacionas con nuestro sistema inmunitario. Se han hacho estudios en universidades que demuestran cómo los lácteos pueden acarrear problemas como: alergias, inmunodepresiones, diabetes juvenil, enfermedades otorrinolaringológicas, asma, acumulación de mucosidades, etc. Por ejemplo el Dr. Gauvin asegura que muchos casos de niños que padecían asma y sinusitis, al retirarles de su dieta los lácteos mejoraron e incluso el problema desapareció.
También se conoce que la gran cantidad de gente que padece osteoporosis se debe a la moda de tomar 4 vasos diarios de leche, o yogures o queso o derivados lácteos para proporcionar la cantidad de calcio necesario para el organismo. Pero este aporte de calcio lo podemos conseguir con repollo, brócoli, nabizas... y muchas más verduras, por eso la importancia que estén presentes en un 50% del plato principal. Además podemos tomar leche pero de almendras, arroz, avellanas, sésamo o chufas! Son variedades de leche vegetales, que nos aportan los nutrientes de los vegetales y unas grasas de calidad fáciles de digerir por nuestro sistema digestivo.


Y vosotros, ahora que lo sabéis, ¿Qué conclusiones sacáis? ¿Qué elegís?
¡Muy feliz semana!

2 comentarios:

  1. La verdad es que hace que pensar, estoy intentando dejarme la leche de vaca , ya que acostumbro a tomar una vaso de leche con café todas las mañanas para desayunar. Que me aconsejas para sustituirla y que me también me aporte energía ?

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    1. Hola Naiara!
      Bienvenida a mi blog.
      Para tus desayunos podrías sustituir por leche vegetal (arroz, avena, almendras...) pero de calidad no laa azucaradas. Luego lo que respecta al café, no se aconseja por ser excitante para el organismo. Pero si no lo puedes quitar no pasa nada, aunque si cada dia te pones menos cafe verás que al final no es necesario.
      Yo te aconsejaría tomar una taza de té bancha o kukitcha (contiene muy poca teína y son muy buenos alcalinizantes para la sangre) y una tostada de pan de espelta con compota o (si te atreves y necesitas mas energía) un bol de crema de arroz integral.

      Un beso y ya me cuentas ;)

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